El parque de La Dalieda de San Francisco tiene dos elementos que la hacen único: las flores y las inmejorables vistas sobre Madrid. Quienes se acercan aquí lo hacen para disfrutar del silencio y belleza, a la sombra de la basílica de San Francisco el Grande.
El espacio verde de La Dalieda se sitúa en uno de los laterales de la Basílica de San Francisco el Grande, en el barrio de La Latina. Desde su inauguración en 2007 se ha convertido en uno de los lugares preferidos por los madrileños y los turistas, que acuden a este parque en busca de un momento de tranquilidad.

La entrada es gratuita. Tras ascender unos cuantos escalones llegamos a los parterres, dispuestos a diferentes alturas. Entre ellos hay pasillos que permiten pasear entre las más de 50 variedades de flores, contemplando su nombre y admirando su efímera belleza. Muchas de ellas proceden de la antigua dalieda situada junto al Palacio de Cristal de la Arganzuela.
Desde junio hasta septiembre es el mejor momento para visitar la Dalieda, pues es cuando están en flor, luciéndose en todo su esplendor. Por eso, es habitual que en los meses de verano haya muchas personas que se acerquen hasta la zona, especialmente al atardecer.

Excepcionales vistas
No es casual que madrileños y turistas se den cita en este espacio verde justo a la hora en la que se pone el sol. Al final del parque, una valla hace de mirador hacia el oeste. Es uno de los mejores lugares para ver una puesta de sol en Madrid. No en vano estamos en la zona conocida como Las Vistillas, cuyo nombre hace honor al paisaje que se aprecia desde esta zona perteneciente al Madrid e los Austrias.
Donde está la Dalieda en su día estuvo situada la antigua muralla árabe. Después, dice la leyenda que en este punto hizo un alto en su camino, en 1215, el mismísimo San Francisco de Asís. Al parecer, San Francisco se dirigía hacia el sur, para evangelizar a la España musulmana. La cabaña que utilizó para pasar la noche fue sustituida tras su marcha por una pequeña ermita.
Con el paso de los años la ermita se derribó y se levantó el convento de San Francisco, que fue utilizado como cuartel de infantería y posteriormente como prisión militar. En 1961, con la remodelación urbanística de la zona, fue destruido, con el fin de dejar vía libre a la prolongación de la calle Bailén.

Arquitectura y escultura
Desde el derribo del antiguo convento el terreno quedó vacío. Hasta que en el año 2007 fue levantado el parque, que permite observar el lateral de la basílica de San Francisco el Grande. La cúpula de la iglesia, construida en 1784 por Francisco Sabatini y cuyo inmenso tamaño se puede contemplar desde el parque, es una de las más grandes de la cristiandad. La basílica de San Francisco es actualmente una de las más visitadas de Madrid.
También en el parque se puede observar un grupo escultórico llamado El sueño de San Isidro, que levantó Santiago Costa en 1952. Representa al santo durmiendo y un ángel velando su sueño, de tal manera que parece un guardián también del jardín.
Ver las flores, contemplar las vistas, pasear al perro, leer un buen libro o, simplemente, disfrutar de una agradable conversación. La Dalieda es un oasis de paz inmersa en la vorágine de la capital. Un lugar agradable que bien merece una visita.