La Sala Equis, asentada en lo que en su día fue el antiguo Cine Alba, es un espacio multicultural que aporta una peculiar e innovadora visión del cine y la cultura en su más amplio espectro.
Exposiciones, conciertos, gastronomía y cine, mucho cine. La Sala Equis, situada a las puertas del Rastro, se ha convertido en un auténtico revulsivo cultural para el barrio de La Latina y un punto de encuentro de vecinos y visitantes, que se dan cita para tomar algo, comer o disfrutar de la cultura en cualquiera de sus vertientes. Ante la pregunta de qué es exactamente la Sala Equis, Manuel Ignacio Rodríguez, uno de sus fundadores, tiene la respuesta: “es un cine en el que se fusionan muchas artes”.

Orígenes cinematográficos
El lugar que hoy ocupa la Sala Equis, en la calle Duque de Alba, fue la redacción del periódico El Imparcialentre los años 1913 y 1933. El diario, que tuvo un cierre precipitado como consecuencia de la frágil situación que atravesaba España, se convirtió en el Cine Alba, uno de los más importantes de la capital desde los años 40 a los 80. Llegó la crisis del sector cinematográfico y tuvo que reconvertirse en cine X, siendo la última sala que ofreció material pornográfico en la capital antes de cerrar sus puertas en 2007.
Ese mismo año, cinco empresarios orientados a la restauración alquilaron parte del edificio para convertirlo en un innovador restaurante. Laura Suárez, Nacho Rodríguez, Daniel Fernández Cañadas, Cristina Rodríguez y Marie Jennings pretendían también hacerse con el edificio contiguo, el de la Sala X, pero tuvieron que esperar a su cierre como sala de cine porno. Finalmente, en noviembre de 2017 veía la luz el proyecto de la nueva Sala Equis.
Ponte cómodo
El edifico cuenta con diferentes espacios adaptados a todos los gustos. La Sala Plaza, situada en el antiguo patio de butacas, es la principal. Su pantalla cuelga del mismo muro que tenía el cine de antaño y tiene tumbonas que invitan a relajarse.
Manuel nos indica que la inspiración de la Sala Plaza se encontró en el encanto de los típicos cines de verano de los pueblos. Además de ver cine de una manera distendida, esta sala permite al espectador comer o tomar algo para que se sienta aún más cómodo, convirtiéndose en el escenario perfecto para celebrar actividades algo más alejadas del convencionalismo cinematográfico, como cortometrajes o festivales de videoarte.
Además, en el primer piso de butacas, conocido por los amantes del cine como ‘gallinero’, se encuentra el Cinecito, más parecido a un cine convencional, pues en este espacio las películas se emiten en silencio, y con una imagen y sonido de calidad. Eso sí, los cómodos asientos tienen mesas para que el espectador pueda tomar una copa mientras disfruta de la película.
Mucho más que cine
La Sala Esquis es, sin embargo, mucho más que cine. Fiel a su espíritu innovador y la inquietud cultural de sus fundadores, el espacio se abre a otras artes. ¡No podría ser de otro modo teniendo en cuenta el enorme peso cultural que ha soportado el edificio desde hace más de un siglo!
Junto a la Sala Equis se encuentra el restaurante El Imparcial, un lugar donde la gastronomía sale al encuentro del arte. Los comensales disfrutan no solo de una excelente oferta gastronómica, sino también de exposiciones de fotografía o una tienda con libros de diferentes temáticas.

Manuel nos comenta al respecto que el objetivo ha sido hacer crecer el germen cultural que caracteriza a La Latina hacia el cine. Sus fundadores observan cómo la iniciativa se va consolidando tanto en el barrio como en Madrid, si bien permanecen atentos observando “cómo respira el proyecto para seguir adaptándonos”. Por eso nunca han dejado de estar abiertos a nuevas propuestas, “especialmente de gente joven con ganas de hacer cosas”.