La plaza y calle del Humilladero en pleno Madrid de los Austrias, son lugares que aglutinan recuerdos del Madrid antiguo. Cargados de historia y con gran simbología religiosa, hay diferentes teorías sobre el origen de su nombre
La plaza del Humilladero, situada en el barrio de La Latina, está limitada al norte por la calle del Almendro, la costanilla de San Pedro y la plaza de San Andrés. Al sur la delimita la plaza de Puerta de Moros y el inicio de la Cava Baja y la Cava Alta, desde donde transcurre, ya como calle, hasta la de Toledo.

El verdadero origen del nombre
Hay quien piensa que su sorprendente nombre hace referencia a algún aspecto denigrante. Los hay que opinan que se llama así porque en este punto se humillaba a los condenados como castigo a sus delitos. Pero lo cierto es que el nombre tiene una explicación de carácter religioso.
La palabra humilladero hace referencia a un lugar devoto que, antiguamente, solía situarse a las afueras de una ciudad o un pueblo, junto a la encrucijada de caminos. Allí se situaba una imagen o una cruz para simbolizar que se estaba entrando o saliendo de un asentamiento cristiano. Los antiguos cristianos tenían la costumbre de “humillarse” al pasar por estos lugares. Inclinaban levemente la cabeza, o hacían el gesto de doblar una rodilla en señal de recogimiento.

Humilladero de San Francisco
La plaza del Humilladero no aparece como tal en los planos de Texeira ni en los de Antonio Espinosa de los Monteros, ya que es anexada a la plaza de San Andrés.
El primer nombre que tuvo fue el de Humilladero de San Francisco, porque en este lugar se asentaba un humilladero creado por San Francisco de Asís. Era la primera estación del Vía Crucis que partía en la cercana iglesia de San Francisco el Grande y continuaba hasta la calle del Calvario, en Lavapiés.

En este humilladero de la ciudad se encontraba una imagen de la Virgen, labrada por la Cofradía de la Santa Vera Cruz en el siglo XVI. Era un recordatorio de cristiandad situado junto a la salida de la Puerta de Moros.
La imagen, llamada Santa María de Gracia, fue colocada posteriormente en el altar mayor de la pequeña iglesia que fue construida en el humilladero. Si acude a la plaza no busque esta iglesia porque fue derribada en 1903 en las obras de ampliación del Mercado de la Cebada. En cuanto a la imagen de la Virgen, se trasladó al colegio san Patricio de los Irlandeses, situado al final de la calle del Humilladero.

Tranvías y películas
La calle del Humilladero también fue famosa por ser una de las últimas en las que pudieron verse los antiguos raíles del tranvía. Más de 200 metros de raíles fueron cubiertos bajo una gruesa capa de alquitrán en la Operación Asfalto de 1997, en la que también desapareció el clásico adoquinado de esta vía, para disgusto de los nostálgicos.

En los tiempos del tranvía, el número 24 era el que recorría esta calle. La línea nacía en la plaza de la Cebada y se prolongaba hasta Carabanchel. Aprovechando que la calle del Humilladero era una de las que más recordaban al Madrid antiguo, el director de cine Jaime Chávarri rodó aquí parte de su película ‘Las bicicletas son para el verano’, que reflejaba el ambiente de la capital en la posguerra española. Años antes, en 1951, José Antonio Nieves Conde filmaba en esta calle la película ‘Surcos’, una de las grandes películas del cine español por su puesta en escena y su trasfondo de crítica social.